La dedicación total de horas durante el semestre fue de 337,5 (aquí se incluyen también las prácticas, las horas de redacción de PECs, las horas de interacción en el aula y las horas dedicadas a las asignaturas a las que renuncié).
La segunda semana casi dediqué 40h porque intenté llegar a todo sin renunciar a asignaturas. Finalmente opté por renunciar a 9 créditos y se normalizó la dedicación entre 20 y 30 horas semanales, que es lo habitual en otros semestres y que es la cantidad de tiempo que puedo soportar sin frustrarme en exceso.
Aquí vuelvo a insistir en que las prácticas (tanto las horas de prácticas en sí como las memorias) llevan mucho más tiempo que el equivalente en asignaturas.
En esta gráfica se ve claramente el peso que tienen las prácticas. Prácticamente 150h de dedicación que las sitúan muy por encima de las 15h por crédito. En el mismo gráfico se ve cómo otras asignaturas como Dinámica de Grupos o Terapias Humanistas y Sistémicas requieren entre 10 y 15h por crédito.
En este gráfico se puede ver de manera muy clara a qué me refiero con el peso extraordinario que tienen las prácticas en un semestre. Los seis primeros semestres siguieron evoluciones muy parecidas, con un incremento gradual a lo largo de las semanas hasta acabar entre los 11 y los 13 horas por crédito. En cambio, para el semestre 7 la dedicación fue mucho mayor, de manera sostenida a lo largo de todo el semestre. No puedo enfatizar lo suficiente en el hecho de que si has de hacer prácticas, tengas en cuenta un incremento de un 30% en el tiempo que debes dedicar a tus estudios en la UOC respecto a lo habitual. Este análisis es el que me ha llevado a fragmentar mi octavo semestre en dos partes, de manera que el próximo semestre haré las prácticas y 12 créditos más (3 asignaturas) y en el noveno semestre el Trabajo Final de Grado y 12 créditos más (4 asignaturas).