Febrero - Junio de 2022
Puedes ver el la parte más formal de estas prácticas en la asignatura Prácticum I. Aquí comparto más bien mi experiencia subjetiva.
Para realizar estas prácticas invertí un total de 99h en el centro de prácticas, más 45,5h en elaborar las memorias y hacer la presentación de las mismas.
e-Therapy Kids, anteriormente conocido como Asociación Pequitos, es un centro clínico terapéutico especializado en neurodesarrollo infanto-juvenil. Podéis consultar los detalles en la primera memoria.
Se trató de unas prácticas en las que tuve la oportunidad de estar la mayor parte del tiempo "mano a mano" con las terapeutas y los niños. La mayoría tenían entre 2 y 7 años y presentaban sintomatología compatible con el Trastorno del Espectro Autista. El motivo por el que quise hacer estas prácticas fue para ponerme a prueba en un contexto opuesto al que a priori creo que me voy a dedicar. En principio me atrae la idea de dedicarme a adultos con problemas de tipo más adaptativo. Sin embargo aquí estuve viendo niños con problemas con una fuerte componente genética y/o perinatal.
Lo mejor
Me llevo un recuerdo extraordinario y muy positivo de todo el equipo humano del centro. Me acogieron como uno más y me cedieron bastantes responsabilidades. Se trata de un trabajo muy demandante, ya que los usuarios presentan conductas y patrones cognitivos muy inusuales. La cohesión del grupo de profesionales y el aire de familia que imprime su directora ayudan a lidiar con las circunstancias y, me atrevería a decir, constituyen una terapia en sí misma para los niños y niñas que pasan unas horas a la semana con esa "familia terapéutica".
No hay nada como poder estar en las terapias con los usuarios y en el día a día de un centro como para ver si realmente te ves haciendo ese trabajo una vez que acabes tu formación.
Total flexibilidad para elegir los días en los que iba. Al principio iba casi cada día para ver todos los casos y luego ya me centré en los días en los que podía ver los casos que me resultaban más llamativos o interesantes.
Lo peor
Trabajar con este tipo de afectaciones requiere una fe y una resiliencia enormes. Los avances que se producen son muy pequeños, casi imperceptibles de una semana a la otra. En cambio, el nivel de conflicto que pueden plantear los usuarios (y sus familias) es alto: gritos, berrinches, conductas disruptivas, fugas e incluso agresiones físicas. Se dice que el trabajo psicológico es "vocacional", pero yo diría que dentro de todos los tipos de trabajo psicológico este es el más vocacional de todos.
Noto cierto estancamiento (no del centro, sino en general de todo el sector infanto-juvenil) en cuanto a las terapias que deben aplicarse. Desde el modelo conductual se producen avances, sobre todo para incrementar la "funcionalidad" de los afectados. Sin embargo a mí me da la sensación de que hay poco conocimiento del "mundo" en el que están viviendo estos niños y niñas. En la memoria podréis ver algunas terapias "alternativas" que propuse en el centro, basadas en la imitación de movimientos y en los ritmos, con permitieron un mayor "acercamiento" a la realidad de estas personas. En pocas palabras, noto que hay que atreverse a buscar más un contacto "de igual a igual" con estos niños, validar un poco más su experiencia, para que no todo sean imposiciones marcadas por el modelado conductual. Hay que buscar maneras de negociar más con ellos, desde su experiencia del mundo, para que no todo sea "corregir" y "normalizar". Toda esta reflexión tiene su origen, en gran parte, en el testimonio de Mel Baggs (FKA Amanda Baggs).
Octubre - Diciembre de 2022
Puedes ver el la parte más formal de estas prácticas en la asignatura Prácticum II. Aquí comparto más bien mi experiencia subjetiva.
Para realizar estas prácticas invertí un total de 76,5h en el centro de prácticas, más 44,5h en elaborar las memorias y hacer la presentación de las mismas.
Las prácticas las hice en el Instituto Erich Fromm es un centro de Psicoterapia Integradora Humanista creado por Ramón Rosal y Ana Gimeno-Bayón en los años ochenta. Ambos fundadores todavía acuden al centro, aunque el peso de las terapias recae mayoritariamente sobre otros colaboradores más jóvenes.
Por temas logísticos, se trata de unas prácticas que están más centradas en la investigación. A lo largo de las 4 décadas de vida del instituto se han documentado miles de casos y mi labor se centró en acudir al centro unas 4h a la semana para poder analizar el material. En concreto me centré en unos cuestionarios muy extensos que se pasan a todas las personas que inician terapia y que se han mantenido básicamente igual durante casi 40 años. Esto permite comparar los perfiles de las personas que acudían a terapia a principios de los 90 con los usuarios de la actualidad. En las memorias de prácticas se puede ver el estudio que hice y las conclusiones.
Lo mejor
Se trata de un centro que cuenta con un espacio físico tranquilo y acogedor. Da gusto ir una mañana a la semana a pasar unas horas allí y poder charlar con los terapeutas que estén por allí.
Todos los terapeutas son muy metódicos. Hay una serie de datos muy longeva (camino de las 4 décadas) y los formularios están por lo general muy bien cumplimentados. En ese sentido, da gusto trabajar con estos datos.
Tanto Ramón como Ana son personas muy acogedoras y con una experiencia y sabiduría acumuladas extraordinarias. Es fantástico haber tenido la oportunidad de ir a comer con Ramón y de intercambiar impresiones con Ana.
Hay abundante literatura para entender el método terapéutico y el enfoque teórico en el que se basa. Incluso me regalaron un libro y me prestaron varios más, con lo que fue muy fácil hacer las memorias y plantear la investigación.
Lo peor
Son prácticas de investigación. No puedes ver casos reales salvo a través de los formularios e informes. Es algo que ya sabía y que hasta cierto punto no me importó, pero si hubiera alguna manera de acceder a los casos de manera más directa (observación o vídeos) entonces serían unas prácticas insuperables.
Como suele suceder en muchos centros terapéuticos, existe una cierta tendencia a interpretarlo todo desde el propio enfoque teórico y aplicando los métodos "canónicos". En parte es lo esperable, ya que es un instituto dedicado a la psicoterapia humanista. De todas formas, dado que tienen un enfoque integrador y que están abiertos a muchos tipos de influencia, no se percibe una rigidez y estrechez tan marcada como la que puedes encontrarte en los institutos psicoanalíticos o en los centros puramente conductuales.
Pese a que el Instituto no es especialmente caro y que buscan maneras de facilitar el pago a las personas con menos recursos, no deja de ser un centro privado situado en el distrito de mayor renta per cápita de Barcelona. A mí me incomodaba que un enfoque y unos métodos que estaban teniendo resultados y ayudando a las personas estén solo al alcance de unos pocos. La administración, lejos de buscar sinergias con estos terapeutas, incorporar sus terapias en la salud pública o incluso subvencionar total o parcialmente los tratamientos del instituto, lo único que ha hecho en las últimas décadas es incluir algunos elementos de la psicoterapia integradora humanista dentro del catálogo de "pseudociencias", por lo que la distancia entre el instituto y la sanidad pública es ahora más amplia que nunca.
Por último, me preocupa el relevo generacional del instituto. Sus fundadores son líderes con un carisma indiscutible que han dado al instituto la alma que tiene hoy día. La sensación que tuve es que no hay un relevo claro y que existe una gran distancia entre los fundadores y el resto de terapeutas en cuanto a carisma y liderazgo. También es cierto que, en muchas ocasiones, dichos liderazgos solo se despiertan cuando los fundadores ya no están y dejan ese vacío. Pero a día de hoy cuesta de imaginar.