A continuación están mis notas, las notas de la evaluación continua de las diferentes aulas (la mía fue el aula 2), la dedicación de horas semanal, una pequeña valoración personal, mi resumen del texto de referencia y las tres PEC (pruebas de evaluación continua). Debido a la pandemia de coronavirus, no hubo prueba de síntesis.
Esta asignatura es una continuación de lo estudiado en Fundamentos Psicosociales del Comportamiento Humano, que resultó una asignatura muy sorprendente y reveladora para mí. Probablemente a causa de las altas expectativas propias y también a causa del tipo de ejercicios planteados y de la interacción en el aula he de decir que me ha defraudado.
Así como en Fundamentos Psicosociales se ofrecían diferentes perspectivas y teorías desde una visión bastante objetiva (dentro de lo que son los estudios psicosociales), en Acción Colectiva en cambio se pierde esa aproximación y uno tiene la sensación en muchas ocasiones de estar estudiando un manifiesto sociopolítico. La sensación que tengo es que toda la teoría aprendida es un ejercicio puro de construcción: desarrollar una narración lo más plausible posible que permita construir el concepto "movimiento social" como algo positivo y deseable y otorgárselo a las entidades que "se lo merezcan". Es decir, da la sensación de que la teoría de la acción social no ha nacido para explicar toda la realidad (con lo bueno y lo malo), sino para construirla en una dirección muy determinada (darle poder a los que no lo tienen y deberían tenerlo). También merece un comentario aparte el capítulo "Control social y resistencia en las redes interactivas", que está desfasado y presenta una visión de internet totalmente ilusoria y utópica. Desde hace ya cinco años estamos en visiones más realistas e incluso se está haciendo mayoritaria la visión distópica de las redes sociales. Se hace muy raro tener que estudiar un módulo así, es como tener que estudiar el detalle de los experimentos de Wundt en el laboratorio de Leipzig: algo más propio de historiadores. Respecto a las PEC, la verdad es que fueron un poco desalentadoras. Primero un estudio del fenómeno rural en el que se aplicaba poco la teoría, después un trabajo en grupo que fue un dolor de cabeza para todos a causa de la ambigüedad del enunciado y lo difícil de coordinar online a cinco personas en un tipo de reflexión que, por definición, es muy subjetiva. Por último, un análisis grabado en vídeo. Para muchas personas esta diversidad de ejercicios puede resultar motivadora pero para mí ha supuesto más una distracción que un aporte. La mayor parte del contenido de la asignatura no he tenido ocasión de ponerlo en práctica y de ser evaluado por ello. A favor de la asignatura he de señalar que los criterios de corrección han sido benignos. Personalmente creo que tanto el trabajo en grupo (PEC 2) como mi vídeo (PEC 3) no se merecían más que una B, especialmente atendiendo al rigor con el que he sido evaluado en otras asignaturas en este semestre. Esta vez, tal como se muestra en la gráfica, el hecho de caer en el aula 2 me benefició.
Me gustaría compartir aquí una reflexión que no llegué a publicar en el foro de la asignatura porque no se daban las condiciones adecuadas para el debate. Es un ejemplo del tipo de reflexión que me hubiera gustado que el profesor nos hubiera invitado a hacer. Llama la atención que en una asignatura como Acción Social, incluso a requerimiento de varios alumnos, el profesor no hiciera ningún tipo de valoración ni invitara al debate. En fin...
1 de abril de 2020
Abro aquí una cuestión de debate que me gustaría compartir con todos mis compañeros a los que les apasione la Guerra Civil, el Franquismo y uno de los actores más misteriosos y polémicos: el Opus Dei.
Cuando uno analiza el rol del Opus Dei en el franquismo existe la tentación de catalogarlo como una organización religiosa altamente influyente que propició la tecnocracia. Esto, sin ser falso, es inexacto y nos hace perder de vista algo sorprendente: que el Opus Dei nació, según la tesis que me gustaría defender, como un Movimiento Social.
Sigamos la definición de Della Porta y Diani (1999) para mi argumentación: (1) Redes informales, basadas en (2) las creencias y la solidaridad que se movilizan sobre (3) cuestiones conflictivas, por medio del (4) uso frecuente de varias formas de protesta.
(1) Red informal. Esto es algo que no se entiende del Opus Dei. Estrictamente la Prelatura Personal de la Santa Cruz y Opus Dei solo está formada por dos millares de sacerdotes. El resto de fieles, hasta los 80.000, son simplemente eso, "fieles de la prelatura" igual que muchos españoles son "fieles de la diócesis". A estos hay que sumar varios centenares de miles de "cooperadores" que apoyan a la prelatura de muchas maneras. El Opus Dei solo tiene en propiedad los nichos de los cementerios donde sus fieles son enterrados, el resto es un entramado de empresas cuyas acciones pertenecen a los fieles a título individual. Por poner un ejemplo famoso, Isidro Fainé, supernumerario del Opus Dei, que fuera presidente de La Caixa hasta 2016, no tiene ningún tipo de vínculo formal con Roma, ni le debe obediencia de ningún tipo y tiene libertad total de decisiones empresariales y económicas. Eso sí, está "influido" por el "movimiento" al que pertenece, aunque esa influencia sea imposible de demostrar legalmente, ni tan siquiera según el derecho canónico. No existe ningún registro legal que permita sostener la afirmación "Isidro Fainé es del Opus Dei".
(2) Creencias y solidaridad. Bien, este punto no necesita demasiado comentario. Simplemente decir que la creencia fundamental del Opus Dei es que se puede ser santo en medio del mundo o, lo que es lo mismo: que la participación en todas las esferas de poder y económicas acerca a los creyentes a Dios. Este es un mensaje bastante contrario al tradicional voto de pobreza en la iglesia.
(3) Cuestiones conflictivas. Desde 1928 en su fundación hasta el inicio de la tecnocracia el Opus Dei participa activamente en quizás el principal conflicto en nuestra sociedad: ¿cómo se resuelve la dualidad Iglesia-Estado? Ya sabemos que había propuestas en favor de eliminar la Iglesia y otras teocráticas. El Opus Dei propone algo revolucionario y desde la base: cada individuo lleva la Iglesia dentro y busca la manera de copar todo el poder posible en las estructuras de estado, lo que el fundador del Opus Dei denomina "Poner a Cristo en la cumbre de todas las actividades humanas". Bajo ese lema los "fieles" se lanzaron a una carrera por alcanzar la cima del poder académico, político, judicial y económico en España. De alguna manera, su propuesta es que "un Estado liderado por cristianos es un Estado cristiano". El Opus Dei está en conflicto contra el primer franquismo, en el que un Estado cristiano es aquel que tiene estructuras cristianas. Veamos cómo fue su estrategia de protesta.
(4) Uso frecuente de varias formas de protesta: y aquí llega lo que tampoco se conoce bien. Los miembros del Opus Dei lucharon tanto en el bando Republicano como en el Nacional y se mantuvieron al margen de toda actividad política "nacionalcatólica". Esa fue su manera de "protestar" contra el estado teocrático del primer régimen franquista (1936-1957) y les valió grandes enemistades tanto en el ámbito político como en el religioso. Eran un movimiento de resistencia dentro de la oleada "cristianizadora" que siguió a la guerra. El Opus Dei basó siempre su actuación en formas no institucionales hasta alcanzar el poder en la tecnocracia. Sus primeras instituciones educativas, que es lo que hoy todos conocemos, son de finales de los 50. Durante 3 décadas siguieron "patrones de comportamiento político inusuales" para la época que le valieron el pasar de la total irrelevancia en tiempos de guerra a liderar el país en el periodo 1959-1975.
*Por motivos de tiempo y simplicidad, no acompaño citas a todas las afirmaciones. No pertenezco al Opus Dei ni soy simpatizante. Cursé el BUP y COU en una Obra Corporativa del Opus Dei y he leído abundantemente sobre su historia.